Gerold Plassek disfruta de las cosas sencillas. Trabaja como periodista en un periódico de distribución gratuita, donde se ocupa, sin grandes ambiciones, de las crónicas locales.
Pasa la mayor parte de su tiempo en Zoltan, el bar debajo de su casa que se ha convertido en una prolongación de su propio salón. Una vida fácil basada en tres principios: cansarse lo menos
posible, permanecer en la sombra y atrincherarse tras una rutina tranquilizadora.
Cuando una antigua novia reaparece para pedirle que cuide de Manuel, su hijo de catorce años, Gerold ve peligrar su plácida vida. Ella además le confiesa sin más rodeos que él es el padre.
Manuel pasa su tiempo en la oficina de Gerold quien finge hacer algo importante.
Pero todo cambia cuando, tras la publicación de un artículo sobre un albergue de personas sin hogar, se recibe una donación anónima. Este es tan solo el comienzo de una serie de buenas
acciones que sitúan a Gerold en el punto de mira. A su vez Manuel empieza a ver a su padre con otros ojos. Pero varias preguntas esperan respuesta: ¿quién es el misterioso donante? ¿Y qué
tiene que ver con Gerold?