No habría descanso para él hasta que consiguiera recuperarla
El magnate Jefferson Lyon nunca aceptaba un no por respuesta. Por eso, cuando su fiel secretaria se hartó de sus exigencias y dimitió, Jefferson la siguió hasta el paraíso tropical donde se
había ido de vacaciones. Pero para él aquel viaje no era de relax, porque estaba dispuesto a convencerla de que volviera al trabajo… a través de la seducción.
Sin embargo, su empleada estaba resultando ser más testaruda y más apasionada de lo que jamás habría pensado el arrogante millonario.